Con las alas de su mirada pura,
se remontó muy arriba en su vuelo.
Veía la vida clara como hielo,
sin profundidad que le fuera oscura.
Sediento de alegria, de hermosura,
¡ay!, porque quiso alzar del mundo el velo…
y, sentado en la boveda del cielo,
ante él vio, de la vida, la locura.
Hoy vive solo, solo en su alma inmensa,
aunque cree a veces ver a una doncella
que vaga por sus pasillos, perdida.
Si se la cruza, se estremece y piensa
si no estará soñándola, porque ella
lleva en la mano el ascua de la vida.
1 de abril de 2018
3 de enero de 2015
Algunas noches
Sábado. La plaza a medianoche. El suelo mojado es como un espejo, y la multi está llena de gente. ¿Pasas a comprar tú, que yo todavía no tengo los dieciocho?
La bolsa cuelga junto a tu pierna, las asas se te clavan en los dedos. El sonido del cristal al entrechocar. Camino del botellón, chicas de catorce años que aparentan veinticinco. Arregladas como si fueran de boda. Para emborracharse.
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