1 de abril de 2018

El filósofo

Con las alas de su mirada pura,
se remontó muy arriba en su vuelo.
Veía la vida clara como hielo,
sin profundidad que le fuera oscura.

Sediento de alegria, de hermosura,
¡ay!, porque quiso alzar del mundo el velo…
y, sentado en la boveda del cielo,
ante él vio, de la vida, la locura.

Hoy vive solo, solo en su alma inmensa,
aunque cree a veces ver a una doncella
que vaga por sus pasillos, perdida.

Si se la cruza, se estremece y piensa
si no estará soñándola, porque ella
lleva en la mano el ascua de la vida.